Aperitivo a la italiana

22 enero 2013

Por estos lares la palabra aperitivo suele suscitarnos ganas de salir al bar más cercano, donde, consumición en mano, disfrutar con los amigos de un buen prolegómeno antes de la hora, oficial para unos, oficiosa para otros, de sentarnos a la mesa para realizar la comida formal. Es curioso que su acepción castellana, allá por el siglo XVII, se tradujera en boca de médicos como "una cosa que abre y limpia las vías". Mal encaminados no iban, pues bien abría el apetito, término que a buen seguro influyó en el significado final de la palabra. 

Esta sana costumbre varía según el país donde nos encontremos. En algunos se refiere solo a la bebida (generalmente de contenido alcohólico), mientras que en otros el límite entre pan y agua no queda claro. En este último grupo entraríamos los españoles, nutridos a base de tapas, siempre que el posadero no sea un rancio y nos ofrezca unas patatas de su mismo cariz, y abrevando vino o cerveza por igual. Nuestros vecinos italianos tampoco hacen gran distinción, pero su organización es completamente diferente.


Tuvo que ser en mi tercera visita a los transalpinos, aprovechando la ventaja de tener un amigo en la Lombardía, el momento de descubrir los secretos y funcionamiento del genuino "aperitivi". Suele ofrecerse en bares o cafeterías, normalmente al salir del trabajo, entre las 18 - 21 horas de diario, sumando además un horario de mañana los fines de semana. Al llegar tenemos que pedir una consumición cuyo precio pensaríamos es desorbitado si no tuviésemos en cuenta lo siguiente; como acompañamiento de la misma disfrutaremos de un buffet en miniatura sin coste adicional ni límite de cantidad.

Dentro de la variedad gastronómica tenemos ensaladas, pastas (tratándose de Italia sería pecado su ausencia), carnes, embutidos, fruta, a veces algo de repostería. Normalmente cada local tiene sus propias especialidades y es famoso por algún plato en concreto. En cuanto a la bebida cualquiera es válida. Por ejemplo por las noches solíamos tomar un cóctel, mientras que en mi última visita optamos por cerveza. Otra norma que se debe conocer es que si queremos una segunda consumición su precio será igual que el de la primera salvo raras excepciones.


Aunque esta tradición es típica del norte (por algo se dice que tuvo su origen en Turín), es fácil que nos topemos con ella en ciudades situadas más al sur. El año pasado en Bolonia nos sirvió para descansar de la nieve y recuperar fuerzas. Además si sois pillos os puede servir hasta como sustituto de una comida principal. Así que no lo dudéis, la próxima vez que piséis territorio italiano no dejéis pasar la oportunidad de fundiros con los locales y disfrutar de esta experiencia única, no os decepcionará.




2 comentarios :

  1. Sí, poco más se puede pedir cuando uno sale de casa. Una cerveza, algo que picar y buena compañia, clave de éxito asegurado. Espero que lo hayas pasado genial por Colombia!! ya vi varias fotos... así también da gusto salir, jaja

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