Setsubun - ¡Fuera demonios, dentro fortuna!

01 febrero 2013

Dentro de poco estarán celebrando en Japón la festividad del Setsubun, para ser más exactos el día 3 de febrero. Hace un par de años, curiosamente en mi primera jornada entre los nipones, tuve el placer de poder compartirla con ellos, quedando gratamente sorprendido.

Setsubun significa cambio de estaciones. Según el calendario lunar, de uso oficial hasta hace poco más de dos siglos cuando fue sustituido por el gregoriano, dentro de las veinticuatro estaciones que comprendía, la última de ellas se correspondía con la transición entre invierno y primavera, dando fin al año lunar y comenzando un nuevo ciclo. Actualmente ciertos ritos siguen empleando el antiguo calendario, como es este caso. 

La celebración en Asakusa

La celebración tiene lugar tanto en templos como en domicilios particulares, colegios y demás instituciones, consistiendo en arrojar un tipo de semillas de soja tostadas (en algunos casos se llegan a emplear judías o cacahuetes) a aquel que lleve puesta una careta de demonio mientras se grita ¡oni wa soto, fuku wa uchi! (¡Fuera los demonios, dentro la fortuna!), con el fin de atraer buenos deseos y alejar la mala suerte. Después, para completar el ritual, se suele comer una semilla por cada año de vida.

Entre otras tradiciones complementarias se incluye la de comer un tipo especial de rollo de maki (ehō-maki) que no debe ser cortado. Se debe hacer por la noche, mirando en la dirección de la buena suerte, marcada esta por el símbolo del zodiaco correspondiente al año venidero. También en algunas casas se colocan adornos formados por ramas de acebo con cabezas de pescado para ahuyentar a los malos espíritus.




Nosotros pasamos el Setsubun en Tokio, comprobando la tarde de antes (recién aterrizados) como en el templo Zojo ya tenían listo el escenario para las celebraciones. El día de la fiesta visitamos por la mañana el santuario Yasukuni, aunque aquí por desgracia no realizaron ningún acto especial. Por la tarde nos dirigimos a Asakusa, resultando clave para inmiscuirnos en la fiesta.

"No hace falta superar la gran puerta de entrada para notar el jolgorio. Las calles rebosan gente, los puestos de comida desprenden mil y un olores, todos atrayentes al olfato y tentadores para el paladar, el incienso a lo lejos se eleva desde el templo hacia lo alto, confiriéndole un aspecto aún más sacro si cabe. Al poco una comitiva empieza a desfilar ante nosotros anunciando, repique de varales mediante, la llegada de los sacerdotes. Decenas de faroles se elevan sobre el público mientras las semillas comienzan a repartirse. Poco después, en un escenario ubicado en el lateral del templo, tiene lugar una curiosa representación."

 

Tras leer esto ya sois conocedores de las directrices a seguir, por lo que si alguna vez tenéis ocasión de estar en Japón para la celebración del Setsubun no dudéis en uniros a la fiesta, es toda una experiencia que no deja indiferente a nadie. 



Esecenario en el templo Zojo

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